Ante la pasividad de instituciones que no se pronuncian oficialmente sobre la decisión de renuncia indeclinable del director del museo de Villa Domínguez, considero que este aporte al pensar en voz alta quizás sean un disparador para preservar esta joya de la memoria.

Con incierta legislación sobre los bienes patrimoniales y tutela del lugar el municipio de Villa Domínguez intenta hacerse cargo del Museo de las Colonias sin presentar en sociedad cuál es el proyecto que tiene para seguir preservando este testimonio tan caro a los sentimientos de la sociedad nacional e internacional.

Solicitar una auditoría en general demuestra que el estado municipal no ha tenido injerencia en los temas centrales que hacen al funcionamiento de este faro cultural que muestra el aporte al desarrollo proyectado a nivel mundial, tanto de personas nacidas o descendientes de Pioneros o de Domínguez y que han contribuido a sostenerlo como lo muestra su estado actual.

La lucha del director Osvaldo Quiroga, que ha presentado la renuncia indeclinable, incluye tres mudanzas funcionando en lugares en alquiler y algunos desalojos, “casi como un judío errante, preservando los elementos y buscando el lugar destinado”. Esto que se ve como resultado es fruto de la idea de mantenerlo y preservarlo. No ha sido solamente un trabajo personal, sino colectivo, en el cual ha estado al frente desde el año 1989 por decreto municipal, pero el comienzo fue en 1985 y hasta el 31 de enero seguirá en funciones.

Es un trabajo realizado junto a la comunidad con acompañamiento para la puesta en valor, infraestructura, mejoramiento, equipamiento, todo en base a los proyectos como en el caso de la digitalización y los elementos de conservación con que se cuenta para cumplir las tareas en el museo, archivo y biblioteca.

Una parte importante de ese material fue obtenido de un premio internacional que logró Quiroga junto a una colega y decidieron donarlo mediante escribano. Dedicado a esa incansable misión desde hace 40 años, hace 17 que no toma vacaciones porque no hay personal destinado al museo. La difusión, participación en congresos de jornadas y coloquios nacionales e internacionales no le ha costado nada al municipio, ni siquiera en viáticos y hoy piden la tutela general o el manejo del museo. El trabajo del director del museo es remunerado como un empleado común del escalafón, es decir no está jerarquizado. Ni siquiera en eso estuvo presente el estado municipal.

¿Basta con escribir un comentario en las redes sociales? O quienes representan a instituciones que dicen ser sensibles a la importancia del Museo deberían pronunciarse y firmar un petitorio para sellar este trabajo que ha demandado décadas y es un pilar esencial del Circuito de las colonias Judías?. La sociedad espera una respuesta. No se puede entregar este espacio, creado básicamente con un profundo respeto por la memoria, para un experimento que desee llevar adelante alguien que, más allá de los títulos que posea, puede que no tenga el sentido de responsabilidad, pertenencia y compromiso que requiere este patrimonio de la humanidad.

La respuesta está en quienes de manera orgánica deben comprometerse y este es el momento.