(AP Noticias) Por Ceferino Azambuyo. La necesidad de una sonrisa
Por Ceferino Azambuyo. La necesidad de una sonrisa
Darse y en esa entrega saber que uno es como es y en esa reciprocidad que se espera llenarse los ojos y el corazón de la fantasía de una noche llena de sonrisas, bailes, aplausos y admiración. Así se vive el corso, así es el carnaval desde siempre.
Como no contagiarse de ese ritmo, acompasado o furioso que despliegan las murgas, comparsas, scolas, batucadas, baterías y mascaradas cuando “la calle ancha” llama con los sones impetuosos a compartir, a mostrarnos y ser parte de una fiesta popular que no tiene comparación porque ese encuentro anual es una cita familiar y casi ritual.
Desde que el circuito era céntrico, alrededor de la plaza 25 de Mayo, nadie se preguntaba si allí convergirían los habitantes de los barrios de distintos niveles sociales y tampoco si había que mojar con agua o espuma a quien estuviera en el mismo “escalón social”, esos momentos inolvidables siempre son una muestra de la unión de la sociedad cuando hay intereses comunes y esta fiesta popular por antonomasia es una radiografía de nuestra identidad cultural.
Que en pleno siglo 21 encontremos en redes sociales un comentario discriminatorio y altamente homofóbico hacia una persona joven que hizo elección de su género ante una escena que muestra la foto compartida en la cual el pasista se muestra de manera especial mostrando la dimensión de su destaque, ante los integrantes de la batería que lo rodean inclinándose ante él, no parece tener mensaje ofensivo o de mal gusto y mucho menos para la frase vulgar, de mal gusto, chabacana y de mala persona de quien opina haciendo notar su resentimiento y postura anti derechos.
Felizmente la reacción de la gente fue unánime, espontánea y de profunda humanidad dejando en una posición muy descolocada a quien utilizó esa burda frase que nadie que hubiese pensado un momento la pronunciaría o escribiría, no por autocensura, sino por empatía, respeto y porque pone en evidencia su pobreza interior.
Brian, es director y pasista de la comparsa Univerá, su presencia no es una más en el espectáculo que se brinda en las noches del “Carnaval de Encuentros”, su destaque personal y la cohesión del grupo que comanda demuestra su visión clara y mucha creatividad para presentar un trabajo que es aplaudido en todo el recorrido del circuito.
Que una mirada sesgada y con total injusticia aspire a opacar el brillo de este joven que, como muchos otros, es parte del futuro del corso no significa nada ante los miles que admiran la dedicación e incontables horas de trabajo y ensayo que junto a los integrantes del grupo han invertido para darnos cinco noches de fiesta total.
Para quien le quepa el sayo le dejo una frase atribuida al Dalai Lama: “Nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como aquel que no sabe sonreír a los demás”.
Villaguay 2025-02-07