Alexiana Lugrin, tenía 49 años y atravesó una penosa enfermedad que finalmente le sesgó la vida, causando profundo dolor en su familia, amigos y comunidad. Con sus jóvenes años dedicó buena parte de su existencia al comercio a través de la reconocida empresa Pino Hogar junto a su padre y sus hermanas.

También se dedicó a la venta de indumentaria para danza clásica. Su hija acompañó el prolongado tratamiento de manera inclaudicable. Había sido autotransplantad de médula ósea en el año 2020.

Quienes la conocieron, como su amiga Andrea Monzón Puzio, la recuerdan por su lealtad y nobleza inquebrantable, su trato amable y su empatía ante las situaciones que le mostraban el dolor de sus semejantes. Muy compañera y dispuesta a compartir tiempo libre, disfrutar y contemplar las cosas simples y perdurables.

Su rostro dibujaba las sonrisas más tiernas cuando se encendía para regalarlas y brindarse por entera a celebrar ese vínculo que la distinguía por su lealtad y comprensión.

Siempre hallaba la manera de sugerir, sin aconsejar, cuando alguna confidencia le otorgaba la posibilidad de interpretar las cosas y tratar de ayudar a sobrepasar momentos a sus seres queridos.

La noticia provocó hondo pesar ante su pronta partida.