Antonella tenía 33 años y muchos sueños, algunos de ellos cumplidos y otros tantos que quería compartir junto a su compañero de vida y su hijo camino de la adolescencia. Una de estas noches salió a hacer un mandado y ya no volvió a su casa.

En la ruta provincial Nº6 un auto colisionó desde atrás a su moto. Lo que llaman fatalidad fue letal para sesgarle la vida y dejar ese vacío insondable que no tiene consuelo inmediato para sus seres queridos que sienten el dolor de su partida en medio de una inevitable serie de preguntas, muchas de ellas sin respuesta ante lo injusto.

Antonella era todo para su hijo, cada día junto a su mamá Kevin tenía el sol en su mirada y ahora en segundos alguien, a quien no conoce, le quitó la presencia irremplazable de su amor maternal. Por imprudencia, impericia, negligencia, dolo eventual o alguna otra figura escrita en los códigos. Este chico tampoco entiende, porque siempre serán injustos para él, que ya no tiene a quien alumbraba sus días y no serán los mismos ante tremenda ausencia que tratarán de llenar su padre y familiares, con todo el amor que le pueden dispensar.

Una pequeña familia encaminada en su vida, en segundos rota violentamente por un hecho que a "prima facie" ha sido caratulado como supuesto “homicidio culposo”, no agrega el abandono de persona que hubo por parte del conductor que siguió transitando por la ruta y se presentó varias horas después en la comisaría de Mojones Norte en el mismo vehículo con el cual protagonizó el fatal accidente. Estamos seguros que los encargados de impartir justicia, tendrán en cuenta estos detalles que no son menores y a la vez ponen en una situación penal más complicada a la persona que conducía el vehículo.

Todo lo que pasa en esta sociedad es para que reflexionemos. No estamos condenando a nadie a través de este comentario, sino buscando un camino donde hechos de esta naturaleza no se repitan y saber que todo lo que se pudo evitar por acción u omisión no es un accidente.

En derecho, tanto la acción (hacer algo) como la omisión (no hacer algo que se debería haber hecho) pueden ser causa de un delito o un daño. Si existe un deber legal de actuar para prevenir un daño y esa omisión provoca el resultado, la persona puede ser considerada responsable, y no se calificaría como accidente.