Por el Profesor Norberto I. Schinitman-Una clase magistral del Ingeniero Miguel Sajaroff
(AP Noticias) Por el Profesor Norberto I. Schinitman-Una clase magistral del Ingeniero Miguel Sajaroff

Por el Profesor Norberto I. Schinitman
Una clase magistral del Ingeniero Miguel Sajaroff

Una clase magistral del Ingeniero Miguel Sajaroff

"Una bella ancianidad es la recompensa de una bella vida”
Pitágoras

Una vieja población rural del Departamento Villaguay, en la provincia de Entre Ríos, Argentina, antes conocida como “La Capilla”, lleva desde hace tiempo el nombre de “Ingeniero Miguel Sajaroff”.

Su actual denominación constituye un muy merecido homenaje a un inmigrante judío nacido en Rusia, Ingeniero Agrónomo graduado en Berlín y gran impulsor del cooperativismo, que actuó en esa zona.

Ese hombre ejemplar fue el principal fundador de la Cooperativa Fraternidad Agraria (o Fraternidad Argentina para algunos historiadores), que nucleaba los integrantes de las colonias judías de la zona.

Habiendo sido en mi juventud residente de Villa Domínguez, Villa Clara y Villaguay, quiero relatar un cálido y emocionado recuerdo acerca de ese precursor culto, desinteresado y bondadoso.

En 1949, cuando tenía 10 años y cursaba el cuarto grado en la Escuela “Isidoro Suárez” de mi querida Villa Domínguez, al atardecer de un día caluroso me dirigí a la modesta casa de Don Miguel, como lo llamaban respetuosamente todos.

Mi visita se debía a que su hija, la excelente y conocida maestra Srta. Vera Sajarof, buena amiga de mi madre Sra. Lucía Ulfohn de Schinitman, me había ofrecido prestarme un libro de estudio.

Al llegar, me dijeron que la Srta. Vera se había ausentado por unos minutos, y que la esperara.

En ese entonces Don Miguel era un afable y bondadoso anciano, de espeso bigote blanco, que caminaba lentamente apoyándose en un grueso bastón.

Mientras esperaba, pude observar que Don Miguel estaba enfrascado en la lectura de unos documentos. Tenía una potente luz sobre su escritorio y, además de sus gruesos anteojos, se ayudaba con una lupa.

Al ver que estaba muy ocupado, después de saludarlo brevemente, me mantuve en silencio, a cierta distancia.

No obstante, me invitó a acercarme y me preguntó, amablemente, si sabía algo sobre el cooperativismo.

Ante mi tímido silencio, ese gran cooperativista y educador social me impartió, hace unos 70 años, lo que ahora, después de muchos años de ejercer la docencia, puedo valorar como una “clase magistral”.

La misma se inició con una interesante, clara y concreta explicación, a un nivel adecuado a mi edad, sobre el valor y la importancia de la fraternidad y la unidad entre las personas.

Seguidamente, me relató detenidamente como un grupo de 28 pioneros, trabajadores de la industria textil de Rochdale, Inglaterra, que percibían salarios muy bajos, decidieron asociarse, reunir una pequeña suma de dinero y formar una asociación cooperativa. Esa sociedad compraba alimentos e insumos textiles al por mayor, y beneficiaba a sus asociados, vendiéndolos a precios bajos, sin fines de lucro.

Además, el Ing. Sajaroff me mostró ilustraciones de la bandera del cooperativismo, y me explicó que al tener los colores del arco iris, simbolizaba la unidad entre las personas.

No puedo dejar de expresar mi admiración y agradecimiento por ese bello gesto, de un conocido intelectual y gran referente del cooperativismo hacia un pequeño escolar.

Su bondadosa y breve, pero sustancial clase magistral, que aún recuerdo nítidamente significó, además de un importante aprendizaje, un gran honor para mí que, a no dudarlo, nunca olvidaré.


Prof. Norberto I. Schinitman


Villaguay 2019-09-19














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