La siembra de arroz en Entre Ríos alcanzó 60.000 hectáreas y es la más baja en 25 años

Los productores arroceros de la provincia advierten que este año se registra la siembra más baja de los últimos 25 años. Cuestiones climáticas contribuyeron al retroceso que ya se viene dando como consecuencia de la reducción de la rentabilidad del cultivo, sobre todo a los altos costos de producción por el gasoil y la energía eléctrica, insumos necesarios para el proceso de riego.

Un informe de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos dio cuenta de que a mediados de noviembre se había implantado solo “el 55% del área destinada al cultivo de arroz, sobre una intención que se posiciona levemente por debajo de las 60.000 hectáreas para el ciclo 2019/20”. Sobre este punto, el organismo señaló: “Los colaboradores reportan que se está sembrando con un alto contenido de humedad edáfica, lo cual dificulta las labores”.

Hugo Müller, presidente de la fundación Proarroz, explicó a UNO: “Normalmente el período de siembre empieza en Entre Ríos el 15 de septiembre y debería terminar el 15 de noviembre, para cosechar en marzo. Pero este año por lluvias excesivas en todas las zonas se ha demorado. A fines de noviembre se sembró bastante y todavía hay algo por sembrar, pero no mucho”.

“Por estos problemas climáticos, estamos pensando que va a haber menos de 60.000 hectáreas sembradas, cuando el año pasado fueron 62.000”, subrayó, y mencionó: “Al sembrar muy tarde, baja el potencial productivo, porque es una planta tropical que cuando se siembra tarde florece en marzo, y ya baja la temperatura. Al bajar la producción del país y subir el consumo interno, la proporción que se exporta empieza a ser menor. Antes se exportaba el 70% y el 30% se destinaba al mercado interno, y ahora debemos estar en 60 a 40, y si seguimos así pronto se va a igualar”.

Sobre la reducción de la cantidad de productores, indicó: “Los principales departamentos donde se cultiva arroz son Villaguay, San Salvador, Federación, La Paz, y también Concordia, Concepción del Uruguay y Colón, pero cada vez hay menos productores. Actualmente estamos haciendo un censo arrocero. El anterior fue en 2016 y quedaban alrededor de 180 productores, en el año 2010 eran 330, y en 1.999, que fue el primer censo, eran 720. Y ahora no tenemos datos, porque es muy prematuro, pero seguramente vamos a estar por debajo de los 150”, vaticinó Müller.

Sobre esta cuestión, analizó: “Es muy difícil que los productores que dejan de plantar vuelvan a hacerlo. Muchos se dedican a una actividad diversificada y hacen ganadería, soja, maíz, y como el cultivo del arroz se les complica, dejan”.

Por su parte, Héctor Müller, presidente de la Asociación Plantadores de Arroz de Entre Ríos, refirió: “Luego de la baja en la siembra que hubo con la crisis del año 2000, se había recuperado bastante, pero ahora volvió a caer. Se debe a que están desapareciendo los pequeños y medianos productores, por un tema de costos de producción”.

Sobre esta situación, evaluó: “Algunos se van a Corrientes, y otros directamente dejan de sembrar y se dedican a ser contratistas rurales al no poder soportar más los costos, tanto de la energía fósil, que son combustibles, como la eléctrica”.

“En la provincia de Corrientes la energía es tres veces más barata. Acá se pudo bajar algo de las tarifas en los meses que los pozos no están en bombeo, o sea durante ocho o nueve meses que no regamos, pero igual es elevadísimo el canon fijo que tenemos que pagar para mantención de líneas y demás: por cada bajada son 50.000 pesos por mes, ya con el descuento del 50%, si no sería 100.000”, dijo, y advirtió: “Ni siquiera tenemos los transformadores, porque la compañía los saca porque si no se los roban para llevarse el cobre”.

Por otra parte, el dirigente sostuvo que todos los costos de este cultivo están dolarizados y lamentó: “Vendimos una producción en el mes de abril o mayo, con un dólar de 32 pesos, y hoy tenemos que salir a comprar insumos con un dólar que supera los 60 pesos, y se hace muy difícil”.

“El arroz lleva un costo de 1.500 a 1.600 dólares por hectárea: o sea que el productor cada 100 hectáreas necesita 150.000 dólares de inversión. Equivale entre tres a cuatro veces lo que costaría sembrar una hectárea de soja. Generalmente los productores que hacemos extensiones importantes, para poder continuar recurrimos a los bancos, o a distintos tipos de financiación, pero tenemos el otro problema hoy de las tasas con las que se está trabajando; si tenemos que caer en un banco con una financiación del 80% no podemos operar”, resaltó.

Respecto de la posibilidad de que la actividad pueda repuntar, afirmó: “El productor que deja de sembrar no vuelve más, porque queda totalmente desfinanciado, pierde la cadena, pierde la inercia. Sí puede ser que algún productor haga un poco más de hectáreas para la próxima campaña, si las cosas mejoran”.

A su vez, comentó: “Hay expectativas sobre lo que pueda pasar con el próximo gobierno. El tema es que las retenciones hoy son de 4 pesos por cada dólar, pero no sabemos con la nueva gestión qué porcentaje de retención se va a aplicar”.

César Villón, presidente de la filial de San Salvador de Federación Agraria Argentina, también resaltó las dificultades que debe afrontar el sector: “Entre Ríos tiene dos zonas bien diferenciadas en sistema de riego: en el área centro norte de la provincia el riego proviene de ríos o represas y los costos se reducen, pero en las zonas como Villaguay, San Salvador y otras más debemos regar con pozo profundo, y ahí se está dando la mayor caída de productores, quienes dejan la actividad por la razón de que ese riego lleva mayor consumo de gasoil o de energía eléctrica por hectárea, y con ese costo la ecuación termina siendo negativa”, analizó.

En este sentido, también aseguró: “Muchos se van a Corrientes: allá la energía cuesta entre tres y cuatro veces menos que en Entre Ríos. La realidad sigue siendo igual que meses atrás, las condiciones no han mejorado”.

“El productor tiene capacidad ociosa en lo que es infraestructura, lo que no tiene es financiamiento, ni ganas de fundirse. No siembra porque es un negocio que no seduce. Los que continuamos con la actividad somos los productores que tenemos personal, deuda de maquinarias o de infraestructura, y tenemos que seguir y buscar alternativas”, concluyó.
Villaguay 2019-12-08














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